¿Qué situación real te haría sentirte como este poema habla?

Me busco y no me encuentro.

Rondo por las oscuras paredes de mí misma,

interrogo al silencio y a este torpe vacío

y no acierto en el eco de mis incertidumbres.

No me encuentro a mí misma.

Y ahora voy como dormida en las tinieblas,

tanteando la noche de todas las esquinas.

Y no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía,

que son fruto, sonido, creación, universo.

No este desalentado y lento desgranarse

que convierte en preguntas todo cuanto es herida.

Y rondo por las sordas paredes de mí misma

esperando el momento de descubrir mi sombra

Este poema de Josefina de la Torre creo que puede tener mucho en común cuando tu tienes algo pensado en la vida, o sea que tienes un propósito y con forme van pasando los años no lo consigues por diferentes factores que lo pueden alterar, como tener un hijo, deseas tenerlo pero por motivos de tu pareja o motivos de ti misma no lo puedes tener. Y piensas que van pasando los años y el tiempo se te agota.

¿Crees que Teresa León escribiría un texto similar hoy en día?

Yo creo que si hubiera escrito el mismo texto o uno muy parecido porque las mujeres hoy en día siguen trabajando mucho en las tareas de casa, los hombre ya se implican más pero sigue siendo raro que un hombre sea el que cuide y limpie la casa y que la mujer trabaje. 

ESAS MANOS QUE TANTO QUIERO
Esas manos, que nos cuidan, nos aman, nos acarician, esas manos que no pasa el tiempo por ellas, y siguen siendo esas dulces manos que nos acariciaron la primera vez que nos vieron, y que por muchos años que pasen nos la siguen acariciando con el mismo amor que la primera vez.

Esas arruguitas que se les forman por esos años protegiéndonos pasara lo que pasara, esas cicatrices que se han hecho porque a nosotros no nos pase nada y que las llevan con mucho orgullo, esas manos que te dan la vida, que te la tienden cuando más falta te hace. Esas manos que tanto quiero.

Quisiera tener varias sonrisas de CONCHA MÉNDEZ 2º Parte

Quisiera tener varias sonrisas de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…

Y al igual que en el gesto buscar en la mentira
diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia del daño.

Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,
los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al final… el lavarse tan tranquilos las manos.


Esas personas que te tiran como un objeto
porque ni ellas mismas saben lo que valen,
y a ti, que te ven  frágil, diferente o rara, se ríen
de ti hasta que tú te acabas yendo de ese infierno.

Te tratan como si no fueras nada, no puedes
esconderte, gritar, llorar porque sólo será un pequeño
 grito que se esfume y no tenga sentido.